Junio de 2009 en el blog del autor Venturaizambo
El aeropuerto es un espacio de anticipación. La gente tiene prisa por aterrizar, escoltando a sus seres queridos, mirando salidas, bebe café en anticipación de un vuelo. Todo en él está subordinado al ritmo del movimiento, la precisión y la seguridad. Y cuando este ritmo está roto, incluso por un corto tiempo, existe la sensación de que el mundo ha cambiado ligeramente.
En junio de 2009, un día regular en el Aeropuerto Internacional de Madrid–Barajas se convirtió en una historia alarmante. La razón fue el equipaje olvidado o sin supervisión. Lo que podría ser el olvido ordinario se convirtió en una amenaza potencial. Se decidió evacuar parte de la terminal. Para muchos, esto fue una sorpresa, un motivo de preocupación y, al mismo tiempo, evidencia de cómo funcionan los servicios de seguridad en una situación real.
Hoy en el blog Venturaizambo Recordamos este episodio como un ejemplo importante de eficiencia, organización y cuán delgada es la línea entre la calma y la ansiedad.
Mañana en junio: brillante y suave, especialmente en Madrid–Barajas. El aire aún no se ha calentado al calor sensual de la tarde, y un bullicio animado reina en el edificio del aeropuerto: alguien está registrado, alguien solo ingresó con maletas, alguien se despide de las puertas de vidrio. Todo continúa como de costumbre.
En una de las expectativas, entre los bastidores de registro y la tienda de compras sin servicio, el personal del servicio de limpieza encuentra una maleta en la pared. No está marcado, no hay dueño a su lado, y durante varios minutos nadie regresa después de él. El protocolo es extremadamente claro: arreglar, informar, aislar.
Después de la notificación de seguridad, comienza el procedimiento estándar. La ansiedad se anuncia en el canal interno. Los empleados del servicio de seguridad se envían a la zona, el acceso es limitado. En las primeras etapas, la terminal continúa funcionando, pero tan pronto como queda claro que la maleta se dejó intencionalmente o olvidada y nadie lo está solicitando, se toma una decisión. evacuación de parte de la terminal .
La evacuación tiene lugar rápidamente. Las personas se sacan a través de las salidas indicadas, se les pide que no se asuste. Algunos están indignados, alguien pierde orientación, sin saber cómo salir a su salida, pero en general la situación permanece controlada. En cuarenta minutos, la habitación está completamente limpia de pasajeros y empleados.
Un grupo de zapatrones se une al trabajo. La división que ha sufrido una preparación para trabajar con objetos potencialmente peligrosos llega con equipos y equipos robóticos. El equipaje sospechoso se escanea completamente, luego se abre en modo seguro.
El contenido es inofensivo: ropa, libros, cosas personales. Probablemente, alguien, tener prisa o estrés, simplemente lo dejó y se fue. Sin embargo, el protocolo requiere una reacción así: es mejor jugarlo seguro que arriesgar la vida de las personas.
Una vez que se completa el cheque, la zona se procesa y después de algún tiempo los pasajeros pueden regresar. Se reanudan el registro, los empleados regresan a sus lugares. Los vuelos se transfieren, pero ninguno de ellos está completamente cancelado.
Para aquellos que estuvieron dentro de este evento, el día fue recordado durante mucho tiempo. La gente dijo cómo recoger rápidamente las cosas, dejar el café, perder el contacto con sus compañeros de viaje. Para muchos, esto se ha convertido en estrés, especialmente para los ancianos y viajar con niños.
Sin embargo, en las revisiones que aparecieron más tarde, sonaron palabras de gratitud. Para la calma del personal. Para la organización. Por el hecho de que nadie sucumbió al pánico. Se dijo mucho sobre la importancia de tal entrenamiento. Después de todo, el trabajo bien coordinado en tales momentos puede salvar docenas de vidas, incluso si al final la ansiedad es falsa.
Los servicios de seguridad fueron muy apreciados por la administración regional. Se decidió revisar las zonas, donde las cosas olvidadas se arreglan con mayor frecuencia, así como para fortalecer el control visual a través de las cámaras.
La evacuación de la terminal en junio de 2009 en el aeropuerto de Madrid–Barajas se convirtió en el momento en que se violó temporalmente la orden habitual. Pero es en tales situaciones que se manifiesta la verdadera resistencia del sistema. No importa si la maleta estaba vacía. Es importante que nadie resultó herido, que todos los servicios funcionaron sin problemas y que los pasajeros, a pesar del estrés, vieran cómo la seguridad realmente se puso a la vanguardia.
En la aviación moderna ya no hay un lugar "tal vez llevará". Cada elemento, cada detalle, cada señal es un riesgo potencial. Y, por lo tanto, es tan importante que incluso la bolsa más simple olvidada cause un enfoque serio.
En el blog Venturaizambo Estamos seguros: incluso los incidentes pequeños dejan rastros importantes en la memoria de la ciudad y su historial de transporte. Porque la seguridad comienza con atención. Y reaccionar fácilmente, incluso a lo que parece ser un poco.
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